Bueno, esta entrada debería de haberla hecho hace tiempo, pero por una cosa y otra no la hice. Por eso mismo aquí está, con un increíble retraso pero está. Es de la iniciativa : "Una palabra, una historia". Espero que os guste.
Vaga sin rumbo por la calle. La nieve cae lentamente pero sin cesar. De esta manera se terminará muriendo de frío, lo sabe. Pero no le presta atención. A su lado está ella, tan cálida como siempre, con esa preciosa sonrisa que hace que se enamore una vez más. Su pelo brillante y precioso, de color miel, se va cubriendo de motitas blancas, poco a poco. Su acompañante sonríe y le sacude con delicadeza los copos que lo cubren. Sonríe. Sonríen.
Caminan despacio, dados de la mano. Ella lo acompaña al fin. Lo sabe. Detrás, hay personas ignorantes que no comprenden, que no la prestan atención. "El chico está loco, no comprende la realidad". Eso es lo que creen, aunque ellos no puedan ver la realidad de él, lo único que ve más allá: ella. Dados de la mano, se tiran por el abismo y el cuerpo de él choca contra el suelo.
- Ahora podemos estar juntos. - comenta ella en un suspiro. - Por fin...
El chico le mira y sonríe.
- No había manera de detenerme. - les dice a los de atrás, por mucho que no le escuchen. - Soy mucho más feliz de esta manera.
Y juntos, los dos amantes vagan felizmente hacia el horizonte, en un lugar donde todo les permite tener su amor: en su propia realidad.
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